Enrique Pastor siempre se ha caracterizado por ser un concejal honrado, pero el ansia por conseguir la alcaldía le nubló la vista. El alcalde le pidió que instalara la feria en honor a las fiestas patronales al lado de Mirador de Montepinar y él aceptó, pero los vecinos se le echaron encima. Para quitarse la feria de encima alegó que las atracciones estaban no cumplían las normas de seguridad, pero el remedio fue peor que la enfermedad. El alcalde le chantajeó asegurando que si no reestablecía la feria lo acusaría de soborno y además, le ordenó que subiera con su familia en todas las atracciones para demostrar que estaban en perfecto estado. Mientras tanto, Antonio Recio, que creía ser musulmán, perdió el norte y urdió un plan para hacer explotar una bomba en la feria. Él no pudo hacer explosionar su 'bomba', pero una colilla mal apagada sí, lo que hizo que Enrique y Araceli estuvieran atrapados en una atracción a más de 50 metros de altura durante más de seis horas...
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