Todo comenzaba cuando Montepinar amanecía llena de bolsas de basura. En ese momento Antonio tomaba una decisión, tenía que acabar con la crisis y así conseguiría que sus vecinos le votaran para que fuera presidente. El alcalde lleva varios meses sin pagar a los basureros por eso, las calles están repletas de desperdicios. La medida del mayorista es clara, debe llevar las bolsas de basura al chalet del alcalde. Pero no le funciona. Su segundo opción ha sido más drástica, secuestrar al perro del alcalde y pedir que pague a los basureros. En esta ocasión, sí consigue su objetivo: el fin de la huelga. Antonio y Coque, los payasos justicieros, en vídeo
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